Un enorme saludo a todos los guerreros de la luz.
Me llamo Basilio Zafrilla Rubio y estáis en mi nuevo portal. Desde que tengo recuerdos, he sentido intensamente la necesidad de demostrar y divulgar el hecho de que este mundo no está compuesto solamente por objetos materiales. Siempre he tenido la intuición de que nuestra mente no se compone exclusivamente de pensamientos racionales, sino que la mayor parte de lo que nos mueve, nos estanca, nos realiza y nos destruye en la vida ni se ve, ni se oye, ni se toca. Se siente. Para que sepáis un poco más acerca de mí y acerca de lo que podemos compartir en este portal, me parece acertado comenzar haciendo un resumen de mi experiencia vital. Algo así como un “Currículum vitae” emocional para que me conozcáis mejor.
Amigos, yo nací en Yecla (situada en la Murcia interior). Mi pueblo siempre tuvo un carácter trabajador, duro y arrugado. Sus gentes vestían de negro y la alegría no era precisamente su tarjeta de vista. Era agosto de 1959 cuando respire aire por primera vez. En plena despoblación de España, la gente no tenía más remedio que emigrar para poder sobrevivir. Corrían tiempos muy, muy duros. Así vine al mundo en el seno de una familia hecha sobre la base del trabajo y del esfuerzo. Como el resto del pueblo. Como el resto del país. Con muy poco tiempo para las risas y los momentos gratos.
Mis logros académicos fueron los justos y necesarios, es decir, los que la ley exigía entonces. Sin embargo, esto es algo que nunca ha menguado mi ilusión ni mi autovaloración, porque tuve la oportunidad de aprender en una academia mucho más intensa y diversa que el instituto o la universidad. La academia de la calle, la academia de la vida. Con nueve años y medio tuve mi primer trabajo como camarero de barra en un bar de renombre en el pueblo. El bar era regentado por una familia maravillosa, que me enseñó a valorar el trabajo y que representaba el carácter yeclano. Una familia con un corazón lleno de bondad, trabajo y trabajo. Recuerdo como si fuese ayer que con diez años me dieron mi primera cesta de Navidad y recuerdo también la alegría de llegar a casa con ella. ¡Qué inmensa alegría era llevar algo a casa en aquella época!
Poco después llegó un empleo de tallista de madera, seguido de una aventura empresarial que cosechó desde el más alto éxito hasta el más profundo fracaso, con fuertes problemas económicos. Adentrado en los treinta, comenzó una nueva etapa como vendedor de muebles. Pronto ascendí a asesor de interiores y finalmente a responsable de tienda. Todo ello transitando continuamente del éxito al fracaso en un viaje muy duro, pero inmensamente enriquecedor. Finalmente, logré el título de profesor de autoescuela, justo antes de que se instalara esta crisis que actualmente nos asola.
Más allá de lo puramente laboral o académico, siempre tuve la sensación de estar nadando en un océano donde lo físico sólo representaba la superficie, y lo que no se podía ver era lo que se adentraba hacia las profundidades marinas. Recuerdo mi primera experiencia “rara” en el cole, cuando cuatro niños, con un solo dedo cada uno, fuimos capaces de levantar a un compañero que estaba tumbado en el suelo. Recuerdo también de manera muy vívida que alguien de mi familia soñaba y nos decía: “va a pasar esto” o “va a pasar lo otro”, e inexplicablemente pasaba. Así es que, de una manera u otra, siempre he estado ligado a eso que no se puede ver ni tocar, pero sí se puede sentir, y sentir de muchas formas. Ligado y buscando esas sensaciones que te hacen sentir emociones, pero sin tener claro por qué.
Y esa trayectoria me ha convertido en lo que soy, un buscador. Un buscador de experiencias y de emociones. Estos 54 años me han hecho acumular tantas y tantas vivencias y experiencias como para estar hablando de ellas noche y día. Experiencias vitales en este campo de espigas de trigo donde todos no movemos y nos tocamos mecidos por el viento divino. He sido nombrado caballero con una armadura vital, un escudo y una espada que es mi voz. He recorrido los caminos más escabrosos y difíciles, he sido repudiado, he sido querido, he caminado al lado de la frustración, del miedo, de la victoria, del fracaso. He sido embargado, despreciado, aclamado, criticado, valorado, amado, insultado, vejado, ridiculizado, menospreciado, y en algunos momentos me he odiado tanto que he optado por la autodestrucción.
Poco a poco, he recorrido el camino de la reconciliación conmigo mismo. Me he perdonado. He ganado mi autoestima. He descubierto que mi perdón es más importante que el de los demás, y que sin él, nunca podría perdonar al prójimo. Y paso a paso, me he sentido mejor y mejor conmigo mismo y, por contagio, con los demás. Este andar me ha llevado a ser voluntario en Proyecto Hombre, a dar charlas y talleres sobre crecimiento emocional y personal, a convertirme es asesor emocional de muchos amigos haciendo de puente entre lo espiritual y lo terreno, intentando restablecer el equilibrio de las personas que se acercaban a mí, ayudándolas a mantener una buena relación con ellas mismas. Mis maestros espirituales siempre me han definido como intuitivo, sensitivo y carismático. Siempre he intentado enfocar estos dones para crecer en mi perfil de Coaching Personal, para percibir en las personas a las que ayudo cual es el mejor camino para tocar su alma.
Mi motivación es intentar ofrecerte las mejores herramientas para que recuperes tu equilibrio, si lo has perdido. Buscar junto a ti la conexión que hay entre el ser humano y el ser divino que todos tenemos. Buscar juntos ese cordón que existe entre lo espiritual y lo físico, entre el cuerpo y el alma. Buscar juntos las pistas y señales que nos permitan armonizar lo que sentimos, lo que pensamos y lo que hacemos. Puedo entrenarte para que seas un buen buscador de felicidad, puedo entrenarte para que seas capaz de superarte a ti mismo. Puedo entrenarte para que seas coherente entre lo que sientes, lo que piensas y lo que haces. Puedo entrenarte para que aprendas a relacionarte contigo mismo y con los demás de una manera mucho más satisfactoria. Puedo ayudarte a buscar y controlar tus sentimientos y emociones predominantes, a gestionarlas. A revisar tus creencias y pensamientos hasta alcanzar la coherencia.
Todo esto es lo que tengo en este portal para ti. Compartir las experiencias vitales de un buscador interminable, de un andador del camino de la vida que ha convertido las dificultades en el motivo por el que se levanta cada día. El aprender que en esa superación esta la alegría de vivir y que existe un motivo superior para que esto sea así. Un motivo que se traduce en un contrato vital entre lo que se ve y lo que no se ve, un contrato donde se plasma nuestra oportunidad para poder modificar nuestro karma y, por consiguiente, el de nuestros descendientes.
No se trata de una propuesta académica, se trata de una propuesta vital. De una propuesta de vida, de vida llena de alegría, de superación. ¿Cuánto tiempo hace que no cantas por la calle? ¿Cuántas cosas te gustan y piensas que ya no eres capaz de conseguir? ¿Cuánto hace que no te miras al espejo y te das un beso? ¿Cuánto hace que no te felicitas por esas habilidades y capacidades que sabes que tienes? Aquí puedes aprender a bucear en tu alma, a ser capaz de atreverte a ser, a hacer, a decidir, a sentir y, en definitiva, a convertirte en una persona completa.
Esta es mi propuesta. Acompañaros y daros herramientas en vuestra búsqueda vital para que encontréis la alegría y la armonía, para que vuestro espíritu se desarrolle y que vuestra alma se complete. Ayudaros a transformar el camino de fracaso y de error en el de la oportunidad diaria de mejorar. Ayudaros a reconoceros y a conoceros, a descubrir y utilizar vuestros talentos, para que éstos sean los que muevan vuestros pasos. Ayudaros a creer en vosotros mismos desde todos los aspectos vitales, desde el pensamiento, desde la emoción, desde la espiritualidad y desde la autoayuda, desde lo mágico a lo práctico. Ayudaros a renacer y a reencontrar el camino hacia la felicidad.
Os espero. Un saludo desde el corazón, y con el corazón.
Basilio Alcione.